La profesión legal ha sido tradicionalmente una de las más lentas en acogerse a las nuevas tecnologías de la información, y prueba fehaciente de ello fue la súbita e inesperada circunstancia de la pandemia al cual el sector judicial se vio obligado a replantear su funcionamiento en medio de las medidas de aislamiento para contener la pandemia.
Y no siendo ajena al contexto actual, la profesión legal se ha visto inmersa en la revolución que ha traído el mundo sin límites del ciberespacio, obligando a los más tradicionales y conservadores juristas y todo aquel instrumentador del derecho a acoplarse a las ya conocidas herramientas digitales.
Muestra de ello, con la globalización del Internet se ha dado paso a la creación en las firmas de abogados, de redes internas que han permitido la industrialización del trabajo legal, valiéndose de la utilización de páginas web y redes sociales para marketing y divulgación de información sobre sus servicios y actividades.
A este fenómeno de la irrupción de la tecnología en el ámbito legal se le conoce como “Legaltech” siendo esta una tendencia encaminada a innovar en la manera en la que se prestan los servicios legales usando la tecnología como herramienta.
Esta tendencia contribuye con mayor eficiencia en el cumplimiento de las labores legales mejorando la interacción con los clientes disminuyendo los costos e implementando plataformas para trabajar de manera colaborativa.
Así mismo, las nuevas tecnologías exigen nuevas prácticas de justicia digital en el manejo de información, de los expedientes digitales, en las comunicaciones y notificaciones. Precisamente en la administración de justicia, se tiene el reto de adquirir más legitimidad a partir de una real eficiencia y capacidad de respuesta efectiva a los requerimientos sociales sobre justicia pronta siendo la tecnología una de las formas para contribuir a esos fines.
Si bien en Colombia desde hace algunos años ya se vienen implementando estas tecnologías, aún falta mucho por llegar a acoger por completo estas herramientas, y esto se debe en gran parte a la poca apropiación por parte de todos los operadores del derecho dentro de la industria legal colombiana.
Desafortunadamente, se requiere de mucho tiempo de parametrización y adaptación, sin embargo, la mejor formar de lograr entender como implementar la tecnología es mediante la gestión abierta al cambio, la adaptabilidad de los usuarios a las plataformas, conocer la capacidad de los equipos internos y los servicios que realmente se logran prestar a través de estas herramientas.
Está en cada operador del derecho adaptarse a la nueva realidad digital y una mayor articulación entre las facultades de derecho, las firmas de abogados y las empresas de tecnologías, para masificar estas formas de prestación de servicios jurídicos si se quiere llegar a ser un gran diferenciador en el mercado legal.
Redactado por: Dra. LINA MARÍA OSORIO